El Amor de Dios nos hace poetas...

Teresa nos comparte los efectos que causan en nosotros las acciones de Dios. Surgen deseos de alabar al Señor, de entregarse totalmente a Él, con este gozo las penas no se sienten. El corazón se ensancha, y “cono no ser poeta”, el mismo Dios le inspira a escribir coplas muy “sentidas” que vienen de lo profundo de nuestro corazón y "mil desatinos santos", es decir hacemos "locuras de Amor". El texto dice así:


“¡Oh, válgame Dios! ¡Cuál está un alma cuando está así! Toda ella querría fuese lenguas para alabar al Señor. Dice mil desatinos santos, atinando siempre a contentar a quien la tiene así. Yo sé persona  que, con no ser poeta, que le acaecía hacer de presto coplas muy sentidas declarando su pena bien, no hechas de su entendimiento, sino que, para más gozar la gloria que tan sabrosa pena le daba, se quejaba de ella a su Dios. Todo su cuerpo y alma querría se despedazase para mostrar el gozo que con esta pena siente. ¿Qué se le pondrá entonces delante de tormentos, que no le fuese sabroso pasarlos por su Señor? Ve claro que no hacían nada  los mártires de su parte en pasar tormentos, porque conoce bien el alma viene de otra parte la fortaleza.”   V 16, 4

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