BUSCANDO MIS AMORES....


Entramos a la tercera canción del “Cántico Espiritual”, anteriormente el alma ha buscado auxilio por medio de: gemidos, oraciones y mediadores. Pero el alma no se conforma con este tipo de ayuda sino y hace todo tipo de diligencias para encontrar al Hijo de Dios. Y es tanto el amor que “aun después que ha  hecho todo, no se satisface ni piensa que ha hecho nada”. Nos explicará San Juan de la Cruz, el modo de encontrar al Amado, por medio de las obras y ejercicio de las virtudes tanto activa como pasivamente.


Buscando mis amores,

Nos invita a no quedarnos sólo con el orar con: el corazón, la lengua y con la intercesión  de otros sino que junto con eso es necesario la “acción”. Buscando al que nos ama dejando consuelos, gustos y quereres inútiles. Denuncia el Santo a no hacerlo pasivamente: “como muchos que no querrían que les costase Dios más que hablar, y aun eso mal; y por él no quieren hacer casi cosa que les cueste algo”. Por el contrario debemos procurar  ejercitar  las virtudes y así  lo estaremos buscando de una forma adecuada. Clave es la frase que nos dice el Santo: “Porque más suele estimar Dios una obra de la propia persona, que muchas que otras hacen por ella”

iré por esos montes y riberas.

Los montes: Son las virtudes, por ser la vivencia de estas, “alta” y “dificultosa”  ejercitando así la vida contemplativa. Las riberas: son las mortificaciones, penitencias y ejercicios espirituales que es ir por la vía activa. En resumen: buscar a Dios por el camino de las virtudes, buscándolas  y negando y notificando el mal.  “Una contemplación activa”

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