¿A dónde te escondiste?

Es de notar, en explicación de este verso, las ideas que nos  presenta San Juan de la Cruz sobre la experiencia sensible o no de Dios:

  • Pide al Hijo que le muestre el lugar donde se esconde.
  • El Hijo de Dios está en un lugar ajeno a todo entendimiento humano.
  • Toda experiencia del Dios por muy subida que sea no es esencialmente Dios (Totalidad). Nuestro Dios es un “Dios escondido”.
  • Por otro lado, la sequedad tampoco es testimonio de su ausencia.
  • Dios es un Tesoro escondido en el campo de nuestro corazón y hay que “escondernos” para encontrar al que está “escondido”  (CB 1,8-9). 
Veamos el Texto: 

Y es como si dijera: «Verbo, esposo mío, muéstrame el lugar donde estás escondido».  En lo cual le pide la manifestación de su divina esencia; porque el lugar adonde está  escondido el Hijo de Dios es, como dice San Juan, en el seno del Padre, que es la esencia  divina, la cual es ajena de todo ojo mortal y escondida de todo humano entendimiento;  que por eso Isaías, hablando con Dios, dijo: "Verdaderamente tú eres Dios escondido".

De donde es de notar que por grandes  comunicaciones y presencias, y altas y subidas noticias de Dios que un alma en esta vida  tenga, no es aquello esencialmente Dios ni tiene que ver con él; porque todavía a la  verdad le está al alma escondido, y por eso siempre le conviene al alma, sobre todas esas  grandezas, tenerle por escondido y buscarle escondido, diciendo: «¿Adónde te  escondiste?» porque ni la alta comunicación ni presencia sensible es cierto testimonio de  su graciosa presencia, ni la sequedad y carencia de todo eso en el alma lo es de su  ausencia en ella; lo cual el profeta Job dice: «Si viniere a mí no le veré, y si se fuere no lo entenderé».  CB 1,3


No hay comentarios: